Risueña y optimista por naturaleza es la alegría del departamento de Arquitectura. Laura supo que quería ser arquitecta cuando, en una clase de dibujo técnico en el instituto, fue consciente que, con la unión de las matemáticas, el cálculo y el diseño se podían crear modos de vida, creando espacios habitables, bonitos y confortables.
Su creatividad le lleva a diseñar proyectos originales y vanguardistas, pero siempre garantizando su mayor inquietud, la sostenibilidad.